Transparencia judicial y tecnología: los tribunales ante la era de la automatización
José Cerrillo examina cómo la digitalización de la justicia plantea nuevos desafíos éticos y de rendición de cuentas en 2025.
Durante la segunda semana de noviembre de 2025, la OCDE y el Banco Mundial publicaron el informe Justice Tech 2025, donde se advierte que el 48 % de los tribunales que digitalizaron sus procesos tras la pandemia no cuentan aún con auditorías de ciberseguridad ni protocolos éticos para el uso de algoritmos. El documento alerta sobre un riesgo creciente: la automatización sin supervisión humana.
Como parte del Observatorio de Integridad Judicial, observo que la tecnología puede agilizar la justicia, pero también multiplicar errores si se aplica sin un marco ético. En Chile y México, los tribunales electrónicos han mejorado la eficiencia procesal, pero han enfrentado críticas por decisiones automatizadas sin explicación pública. El principio de transparencia —base de toda legitimidad judicial— está siendo reemplazado, en algunos casos, por la opacidad algorítmica.
La justicia digital del futuro debe combinar innovación con control ciudadano. La implementación de auditorías tecnológicas independientes y la creación de observatorios públicos son pasos indispensables. Además, los jueces necesitan formación en ética digital y comprensión técnica de los sistemas que utilizan. No se puede administrar justicia desde la ignorancia tecnológica.
En 2025, la pregunta no es si los tribunales deben digitalizarse, sino cómo garantizar que la tecnología fortalezca la justicia en lugar de sustituirla. La integridad judicial no se mide solo por la moral del juez, sino también por la transparencia del código que ejecuta sus decisiones.